¡Una cerveza, por favor!

Ago 18, 2016 0 Comments in salud
¡Una cerveza, por favor!

En verano, acostumbramos a salir más de lo habitual y a permitir más excesos en nuestra dieta. Sin duda, los anuncios de publicidad de bebidas alcohólicas contribuyen de algún modo a ello; es dificil no desear algo que evoca emociones tan agradables: risas, amigos, placer, relax…Seguramente estarás de acuerdo conmigo en que el idílico anuncio de estrella Damm hace que a más de uno le apetezca vivir una experiencia parecida con los suyos, sin que falte, está claro, la cerveza bien fría, aunque no sea Estrella.

Hoy quiero hablaros de la cerveza y reflexionar sobre si esta bebida es saludable o no, consumida de forma moderada. A menudo nos encontramos con que alimentos o bebidas que no se consideran muy saludables – como los dulces o una cerveza, por ejemplo – nos provocan deseo y placer. Es aquí donde entramos a preguntarnos en qué es menos saludable: la restricción o el darse un capricho de vez en cuando.

Yo siempre digo que las dietas restrictivas no funcionan; la experiencia me ha demostrado que es mejor que una persona que cuida su alimentación, pueda darse de forma puntual el placer de tomarse ese trozo de pastel que tanto desea, en vez de privarse de éste y sentir ansiedad y angustia. Porque la represión puede llevarnos a la obsesión y a padecer trastornos alimentarios; y vivir la alimentación de forma obsesiva no es saludable.

Con la cerveza sucede lo mismo. Aunque es una bebida alcohólica que puede perjudicarnos si abusamos de ella, se ha demostrado que es posible llevar a cabo un consumo placentero, de forma moderada. Según está estipulado, el consumo moderado de cerveza es de 2 cañas al día para las mujeres y 3 para los hombres; a partir de estas cantidades se considera consumo de riesgo.

Ahora bien, ¿es la cerveza una bebida saludable?. Aunque existen estudios que relacionan el consumo moderado de alcohol, sobre todo de vino y cerveza, con efectos beneficiosos para la salud, como un efecto protector sobre la cardiopatía isquémica; la actividad física y una dieta saludable, son mucho más eficaces para prevenir esta enfermedad, que aconsejar tomar alcohol con moderación.

Como médico nutricionista creo que a la hora de encontrar razones para argumentar el consumo de alcohol, hay que dejar la salud de lado. Considero que los médicos no podemos justificar ni recomendar el consumo de alcohol por motivos de salud ni por su valor nutricional, ya que, sin negar el posible efecto beneficioso sobre la cardiopatía isquémica, ni su contenido en ciertos nutrientes (polifenoles, silicio…) , los riesgos de consumirlo no compensan los beneficios.

Ahora bien, no estoy en contra de consumir cerveza de forma moderada, sin perder la lógica de vista, ya que como decía, en alimentación la tolerancia funciona más que la prohibición. En definitiva, para cuidar nuestra salud no debemos recurrir al alcohol sino que debemos tomarlo si nos apetece, de forma muy puntual y teniendo en cuenta esta frase de la OMS “cuanto menos alcohol, mejor para su salud”.

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