¿qué son los disruptores endocrinos?

Ene 28, 2015 8 Comments in salud
¿qué son los disruptores endocrinos?

Los disruptores endocrinos son sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal del organismo, tanto en seres humanos como en animales. Las hormonas son mensajeros químicos que van llevando información a los diferentes órganos e intervienen en la actividad de muchos sistemas corporales.

Los disruptores endocrinos interfieren en la función hormonal de tres maneras posibles:

– imitando la acción de una hormona natural y poniendo en marcha reacciones químicas similares en el cuerpo.

– bloqueando los receptores hormonales de las células e impidiendo la acción normal de las hormonas.

– alterando la concentración natural de las hormonas.

Todos estamos expuestos a sustancias químicas que pueden alterar nuestro sistema hormonal y causar numerosos problemas de salud. Los disruptores endocrinos pueden enviar mensajes confusos al organismo ocasionando diversas disfunciones, afectando a múltiples niveles y relacionándose con un amplio abanico de enfermedades, que incluyen:

– salud reproductiva femenina y masculina.

– trastornos del metabolismo, como obesidad y diabetes.

– problemas cardiovasculares.

– alteraciones y enfermedades neurológicas.

– cáncer de mama, próstata, ovario, endometrio y testículos.

En general, estos efectos aparecen bastante tiempo después de la exposición a los disruptores. Sus impactos pueden ser imperceptibles durante una generación o dos a pesar de que nunca han estado directamente expuestos a los disruptores.

Es una contaminación invisible y todos la sufrimos de manera involuntaria, podemos estar en contacto directamente con ellos a través de la piel, o ingerir residuos a través de la alimentación diaria. No estamos expuestos a un único disruptor endocrino, el efecto se suma y produce un efecto cóctel, esto hace difícil establecer el nivel seguro de exposición.

Se encuentran en numerosos artículos de consumo, la OMS en un informe sobre disruptores endocrinos del 2012, apunta a unos 800 compuestos sospechosos. Las vías de exposición son múltiples y variadas.

– Productos de higiene personal. Champú, cremas, desodorantes, cosméticos.

– Productos de limpieza, insecticidas, ambientadores.

– Construcción, decoración, ropa, papel térmico de recibos.

– Entre todas las vías de exposición destaca la dieta. Residuos de plaguicidas en vegetales, hormonas en las carnes, procesado y envasado de los alimentos (plásticos).

Hay que minimizar la exposición a estas sustancias químicas, especialmente en el caso de los niños pequeños y mujeres embarazadas. En el caso de los niños, sus mecanismos de defensa aún se están desarrollando, su capacidad de desintoxicación y excreción es menor, siendo más susceptibles a la exposición a estas sustancias. En el embarazo los disruptores pueden afectar al proceso de formación del feto, produciendo malformaciones o problemas de salud

Es muy difícil poder eliminar los disrupores endocrinos por completo, pero si podemos disminuir su presencia, con medidas como estas:

– reducir el uso de cosméticos convencionales que contienen múltiples ingredientes químicos.

– eliminar insectos, con métodos no químicos, que no resulten agresivos-

– siempre que podamos, consumir alimentos orgánicos, están libres de pesticidas sintéticos. Los alimentos con mayor contaminación  son, según la Organización PAN Europe,  lechuga, tomates, pepinos, manzanas, puerros y pimientos.

– Pelar la fruta y la verdura, así reducimos su carga de pesticidas. Si no se pueden pelar, lavarlas con mucho cuidado.

– Reducir al mínimo la presencia de alimentos preparados en la dieta, en su lugar, dar preferencia a los alimentos frescos y de proximidad.

– Es mejor utilizar envases de vidrio que de plástico. Los plásticos son una posible fuente de disruptores endocrinos, ya que pueden contener ftalatos y bisfenol A (BPA). La Unión Europea eliminó el BPA de los biberones infantiles en el 2011.

– Reducir el consumo de alimento enlatados porque también pueden contener BPA.

La comunidad científica se ha movilizado para que la Unión Europea modifique las autorizaciones de productos químicos disruptores endocrinos.

Mientras redacto este post, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), ha emitido un primer informe sobre el BPA, considerando que la exposición a esta sustancia a los niveles actuales no presenta riesgos para la salud. El nivel de ingesta tolerable ha sido rebajado de 50 microgramos por Kg de peso en el 2006, a 4 microgramos en el 2015. El informe deja claro que el riesgo sanitario para todos los grupos de población es bajo, porque los niveles de exposición también lo son y que hay una considerable incertidumbre sobre la estimación de exposición para las fuentes no alimentarias que tendrán que estudiarse mejor en el futuro. Algunas de estas cuestiones las resolverá una investigación que está llevando a cabo el Programa Nacional de Toxicología de Estados  Unidos y que terminará en dos o tres años.

De todas formas varios países han tomado medidas de prohibición parcial de envases, como Dinamarca, Suecia, Bélgica y Austria. Francia basándose en las mismas evidencias que la EFSA ha prohibido el bifesfenol A en todos los envases de alimentos.

El dictamen de la EFSA, contradice a gran parte de los científicos que han estudiado los efectos de esta sustancia y lo consideran una ofensa al conocimiento científico.

Sería preciso hacer muchas más pruebas e investigaciones, por precaución, habría que reducir o evitar su uso, sobre todo cuando exista una alternativa más segura. De momento lo único que podemos hacer es estar informados y que cada cual tome las medidas que crea oportunas.

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