¿Qué es la alimentación emocional? ¿es patológica?

Ene 15, 2024 0 Comments in Sin categoría
¿Qué es la alimentación emocional? ¿es patológica?

 

La alimentación emocional, es un episodio de ingesta como respuesta a una emoción, generalmente desagradable como miedo o tristeza o estrés.

Cuando el hambre es emocional, normalmente se prefieren los alimentos más calóricos y ricos en hidratos de carbono  y grasas. Normalmente se consumen fuera de las comidas principales. Puede haber o no cierta planificación del episodio y cierta sensación de urgencia por el consumo.

Es mala la alimentación emocional? Es patológica? Comer por emociones es una experiencia común que todos realizamos en diferentes ocasiones y no necesariamente patológica. Buscar gratificación a través de la comida en respuesta a estados emocionales, como el estrés, las tristeza o la felicidad es una práctica normal y saludable. Es una forma de celebrar, relajarse o enfrentarse a situaciones estresantes. La planificación consciente de “caprichos” alimentarios también es parte de una alimentación saludable, por ejemplo pensar que al llegar a casa, después de un día agotador, me tomaré una taza de chocolate caliente. La alimentación emocional no es igual a un atracón.

La preocupación surge cuando hay una pérdida de control y se convierte en un patrón dominante y descontrolado para manejar emociones, entonces si puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de un Trastorno de la Conducta Alimentaria.

También un factor de riesgo para el desarrollo de obesidad ya que más de un 60% de las personas con obesidad presentan alimentación emocional con pérdida de control.

Desde un punto de vista bioquímico, la alimentación emocional puede desencadenar la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, asociados al placer y el bienestar. Estos efectos proporcionan alivio temporal, pero a largo plazo las consecuencias pueden ser negativas para la salud física y mental.

La alimentación emocional es muy compleja y abarca desde comportamientos normales y planificados hasta patrones patológicos.

La consciencia al integrar la alimentación a las emociones, la moderación y la diversificación de estrategias emocionales son fundamentales para mantener una relación saludable con la comida y las emociones. La clave está en equilibrar esta práctica y no depender exclusivamente de la comida para gestionar emociones.

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