Alimentos fermentados y probióticos

Feb 24, 2021 2 Comments in salud
Alimentos fermentados y probióticos

Alimentos fermentados y probióticos no es los mismo, ya que no todos los fermentados los contienen. Os lo explico en este post.

Los alimentos fermentados se definen como alimentos o bebidas transformados  mediante el crecimiento de bacterias vivas o levaduras.

La fermentación provoca importantes cambios en el alimento, aportando , además de sus propiedades nutritivas, las siguientes propiedades:

  • bacterias vivas y activas
  • mejora de su sabor, textura y digestibilidad (pueden ayudar a mejorar la digestión de lactosa)
  • mayor concentración de componentes saludables que enriquecen los alimentos, por ejemplo mayor concentración de vitaminas. También puede eliminar o reducir las sustancias tóxicas, los antinutrientes o los patógenos presentes en los alimentos crudos.

Los alimentos fermentados despiertan mucho interés tanto entre los consumidores y los científicos ya que se encuentran entre los escasos alimentos que constituyen una fuente significativa de microorganismos vivos y su consumo aporta beneficios para la salud, por su efecto probiótico.

No todos los alimentos fermentados aportan microorganismos vivos al intestino, por lo que pierden su efecto probiótico. Los que son procesados tras su fermentación, dejan de contener bacterias vivas, es el caso del pan de masa madre horneado o las cervezas filtradas. En cambio hay otros como el yogur en que los microorganismos sobreviven a su paso por el estómago.

Pero conservar microbios vivos cuando se consumen no es suficiente para considerar un alimento fermentado como una fuente natural de probióticos. Un probiótico debe ser un microorganismo perfectamente identificado, estudiado y con efectos demostrados beneficiosos sobre la salud. Hay alimentos fermentados que pueden contener microorganismos desconocidos y no estudiados.

Los alimentos fermentados que se consideran probióticos son el yogur, los lácteos fermentados, quesos y el kéfir.

No hay pruebas suficientes para considerar el kombucha, chucrut, tempeh, miso y kimchi como probióticos.

Los alimentos fermentados con efecto probiótico, aumentan la diversidad de la microbiota intestinal y aportan otros compuestos beneficiosos al intestino como los ácidos grasos de cadena corta, que ayudan a reforzar la barrera intestinal y mejorar la absorción.  Su ingesta se asocia a una mejor salud inmunitaria, cardiovascular  e intestinal. Que el alimento fermentado no contenga organismos vivos no significa que pierda cualidades nutritivas, pierde únicamente su actividad probiótica.

Para reforzar el poder de los alimentos fermentados, los podemos combinar con alimentos prebióticos. Podemos mezclar el yogur y el kéfir con frutas o semillas, así obtenemos probióticos, prebióticos y numerosos nutrientes esenciales, potenciando el efecto sobre nuestra salud digestiva y general.

En los próximos años los productos fermentados estarán cada vez más presentes en nuestra alimentación, ya no es raro encontrar kéfir o kombucha. Estos alimentos están de moda a pesar de no ser nada nuevos, el ser humano ha utilizado la fermentación como método de conservación y de mejora de los alimentos durante milenios.

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