La importancia de los primeros 1000 días

Ene 17, 2021 0 Comments in salud
La importancia de los primeros 1000 días

 

 

Los primeros mil días son cruciales para alcanzar el mejor desarrollo y salud a largo plazo.

Los primeros 1000 días, comprenden el periodo desde la concepción hasta los dos años. Una  nutrición  óptima en esta etapa es clave para la salud a lo largo de la vida.

En este periodo nuestro crecimiento es mucho más rápido que en cualquier otro momento de nuestra vida, pasamos de ser 2 células en el momento de la concepción a un recién nacido de 3 kilos y 50 cm. En los dos primeros años de vida los niños aumentan de talla a una velocidad exponencial. Y entre nuestro nacimiento y los tres años, el tamaño de nuestro cuerpo se duplica y nuestro peso se multiplica por cinco.

Los sistemas que se establecen a edad temprana son los que nos quedarán en el futuro, serán nuestras herramientas para enfrentarnos a los retos de nuestro entorno.

La nutrición y la microbiota intestinal desempeñan un papel decisivo a a la hora de sentar las bases de nuestra salud futura.

La alimentación de la madre durante el embarazo y la del niño en los dos primeros años de vida son cruciales para el desarrollo y la salud en ese momento y en edades posteriores, la falta de nutrientes adecuados en calidad o cantidad puede desencadenar alteraciones permanentes en el crecimiento y desarrollo funcional del organismo y puede ejercer efectos de programación metabólica precoz que perduren a lo largo de la vida, pudiendo afectar al desarrollo posterior de enfermedades como la obesidad y otras enfermedades no transmisibles (enfermedades crónicas no infecciosas).

El desarrollo del individuo está determinado no sólo por la herencia genética, sino principalmente por la interacción de los genes con el medio ambiente. Durante los primeros 1000 días de vida la expresión genética es muy flexible,  la posibilidad de intervención para prevenir o revertir cambios epigenéticos, representa  una ventana de oportunidad debido a la gran plasticidad del niño.

 La microbiota intestinal desempeña un papel clave en la salud futura. Desempeña una labor muy importante en la función y desarrollo del sistema inmune y nos ayuda a obtener energía y nutrientes de los alimentos.

Las bacterias de la madre colonizan al recién nacido esencialmente durante el parto vaginal, aunque al contario de lo que se pensaba hace unos años las bacterias maternas pueden ser transferidas al niño durante todo el periodo perinatal. El establecimiento de la microbiota intestianal es un proceso dinámico, en el que influyen factores ambientales, tipo de parto, exposición a microorganismos, la toma de antibióticos, la prematuridad, la alimentación de la madre, la lactancia materna y más tarde los alimentos de destete y los hábitos alimentarios. La colonización del intestino sucede de un modo paralelo con la maduración del sistema inmune. Alteraciones en los patrones de colonización bacteriana se asocian a un mayor riesgo de desarrollar ciertas enfermedades, incluidas las alergias, cuya prevalencia no deja de aumentar en niños y jóvenes.

La atención a los primeros 1000 días es la clave esencial para una vida sana. Se debe fomentar que las madres, los lactantes y los niños pequeños tengan una alimentación adecuada y optimizada en esos primeros mil días, además el establecer prácticas alimentarias saludables en edades tempranas promueve patrones de alimentación permanentes que tienen un patrón preventivo en la aparición de enfermedades crónicas como la obesidad.

 

 

 

 

 

 

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